Testimonio de Alba Romero (Voluntaria)
Muchas veces vivimos en nuestra propia burbuja sin mirar el mundo que tenemos a nuestro alrededor. Nos quejamos día tras día por pequeñas tonterías las cuales no tienen nada de valor. He tenido la suerte de que un grupo de mujeres de La Villa de Santa Teresa me hayan cambiado todos mis esquemas, me han abierto los ojos ante la realidad de este mundo, me han hecho ver que lo tengo todo y que ellas con sus propias dificultades gozan de una vida plena. Ha sido un sentimiento muy especial, llegas ahí y sin conocerte se acercan a ti, te regalan su sonrisa y un fuerte abrazo cómo aquel que te conoce de toda la vida.
Han sido días muy bonitos junto a ellas, en los cuáles hemos compartido muchas cosas y me han servido para crecer como persona. Dar las gracias a las chicas que las cuidan por habernos cuidado a nosotras también y por habernos hecho sentir como en casa, estamos muy agradecidos por ello.
Testimonio Carmen Botella (Residente de La Residencia Villa Santa Teresa)
A todo el mundo le gusta cuando recibe la visita de alguien, pues le hace más agradable y llevadero el día a día.
Este es el caso de nuestra Residencia, que desde el día 29 de Julio hasta el 1 de Agosto recibimos la visita de un grupo muy majo de chicos y chicas. Fueron un total de 17 voluntarios de la Parroquia de San Ignacio de Loyola, de Torrelodones (Madrid) que vinieron a compartir con nosotras nuestro día a día durante esos días. Su objetivo era acompañarnos y ayudarnos a hacer las labores de la casa. De manera desinteresada, se ofrecieron a ayudarnos a todo lo que necesitábamos, y nos estuvieron ayudando con los oficios del comedor, lavadero, limpieza de habitaciones… Ayudaron a los de mantenimiento en la
huerta, pero sobre todo compartieron con nosotras momentos de ocio y entretenimiento que nos hicieron disfrutar muchísimo, transmitiéndonos
emociones muy positivas.
Durante estos días, les contamos un poco a modo informativo el inicio de nuestra Congregación de las Esclavas de la Virgen Dolorosa, su fundadora y cofundadores. Les resultó muy interesante.
Además, tuvimos con ellos dos días Eucaristía, el 29 y el 31 de julio. Este último día fue San Ignacio de Loyola, patrón de su Parroquia, y esta misa se la encomendaron al Santo por estos días que estaban viviendo con nosotros.
La Eucaristía la celebró el Padre Arturo, que ya conocíamos de otros años. Fue una Eucaristía centrada en estos días de unión y fraternidad, que
sin lugar a duda ha calado mucho en nosotras, pues nos han hecho sentir más felices con su compañía.
Ellos desayunaban, comían y merendaban con nosotras, pero dormían en el albergue y la escuela de Gotarrendura .
Nos hacían pasar días llenos de sorpresas y nos expresaban su cariño sincero y abierto y nosotras se lo devolvíamos con creces, pues nos ha sido muy grata su compañía y el transmitir emociones tan positivas nos ayuda en nuestro día a día.
MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA COMPAÑÍA Y CARIÑO, BESOS.